ARTÍCULOS I.T.E.POL.
“El éxito no viene de hacer cosas extraordinarias, sino de hacer cosas ordinarias extraordinariamente bien”
– Jim Rohn
El trabajo policial conlleva en muchas intervenciones, hacer uso de los medios defensivos que disponemos a nuestro alcance, de forma racional, en defensa de nuestra integridad y/o la de terceras personas, así lo establece la ley. Pero siempre, bajo los principios de oportunidad, congruencia y proporcionalidad, (OCP).
Pues bien, sin entrar en conocimientos jurídicos sobre dichos términos, (OCP), ya que los podemos encontrar en cualquier compendio sobre Derecho Penal, con el presente artículo queremos hablar de un medio defensivo, que para nosotros, cada vez se le presta menos atención; hablamos del uso defensivo de NUESTRAS MANOS.
Vamos por partes, entre los distintos medios defensivos que un policía puede portar en el cinturón, se encuentran el arma de fuego, la defensa (ya sea rígida o extensible), los sprays o el inmovilizador eléctrico entre otros. Existiendo, una gran variedad de cursos de todos los niveles para formarse y perfeccionar el uso de estas herramientas. Pero tanta formación específica, puede producir que para sentirse seguro y confiado en una intervención, recurramos a estos medios desde un primer momento dejando olvidado el uso defensivo de nuestras manos, pudiendo generar un problema de base.
No tenemos que olvidar, que ante cualquier intervención donde nuestra integridad se vea comprometida, vamos a hacer uso de nuestras manos, ya sea de forma previa para repeler la amenaza, apartar algo o a alguien, o bien cubrirse; o a posteriori, para agarrar, proyectar, lanzar golpes defensivos, o proceder a la colocación de los grilletes o bridas en una detención. Además, añadimos que las manos son nuestra vía para transicionar a los distintos medios defensivos que portamos en el cinturón, ya sean transiciones positivas o negativas, por lo tanto, es otra circunstancia a tener en cuenta para nuestra formación en el uso de las manos.
Con este breve artículo, lo que queremos trasmitir es la necesidad de entrenar el uso de las manos como un medio más en nuestras intervenciones, pero dándole la importancia que requiere, y sobre todo, no entrenar el resto de herramientas policiales sin trabajar las transiciones desde mano vacía al resto de elementos del cinturón.
Vamos con unos ejemplos de los cursos de I.T.E.POL.: en “Detención de personas”, trabajamos distintos golpeos defensivos para repeler agresiones, ya sean con una mano, dos o alternando ambas, incluso con codo o rodilla, simulando una variedad de golpes a mano vacía que pueden ocurrir en la calle, antes de proceder al engrilletamiento. Cuando trabajamos “Defensa contra arma blanca” la mayoría del entrenamiento se centra en repeler la primera agresión inminente con la mano, para ganar esos segundos necesarios que me van a permitir poder transicionar a otro medio que consideremos más congruente; otro ejemplo, lo tenemos en el curso de “Uso y manejo de bastón policial extensible” donde antes de trabajar con el manejo de bastón, se imparten nociones a mano vacía, y posteriormente transiciones, tanto positivas como negativas, con el bastón, así como los distintos golpeos defensivos con el bastón. Otro, el curso de “Tiro de supervivencia Policial” donde el trabajo de las manos es primordial a la hora de llegar al arma desde distintas posiciones, mano fuerte o menos fuerte, enfundar/desenfundar, trabajo a corta distancia con golpeos defensivos y posteriormente transiciones al arma. Sin olvidarnos del curso «Suelo defensivo policial», donde las manos nos van a ayudar en la variedad de técnicas básicas que permitan ejercer el control sobre individuos agresivos.
Hemos querido transmitir estás recomendaciones, para que todos los agentes de policía que a diario trabajan en las calles, y realizan su labor de la forma más profesional, tengan en cuenta la importancia del entrenamiento policial con las manos.
I.T.E.POL.