ARTICULOS I.T.E.POL.
«La verdadera ignorancia no es la ausencia de conocimientos, sino el hecho de negarse a adquirirlos»
Karl Popper
El tema a tratar hoy, NO es el dilema tan difundido de “¿bala en recámara o no durante el servicio?”. Ese dilema se soluciona en cualquier curso de tiro presencial en un par de minutos, siempre y cuando claro está, el curso esté dirigido por un buen Instructor. Con este tipo de formación, se demuestra que el miedo y la ignorancia, nos hacen en ocasiones ser más imprudentes y temerarios.
Ese miedo y esa ignorancia, por parte de muchos Estamentos y Jefaturas de Policía, están empezando a afectar personalmente al derecho de cómo trabajar, del buen profesional. Me refiero a las últimas órdenes difundidas por parte de muchos Cuerpos, tanto Estatales como Locales, en las cuáles se prohíbe sin más, trabajar con bala en recámara de servicio, me repito “que malo es el miedo y la ignorancia”. En lugar de potenciar la formación en las plantillas y preparar a sus miembros correctamente en un tema tan delicado como es el uso del arma de fuego, es más fácil sacar órdenes internas que rozan la ilegalidad, y cumplen con la irresponsabilidad absoluta.
Si preguntáramos el porqué ha redactado dicha orden, a un Jefe de cualquier Cuerpo ya sea Estatal o Local, la respuesta estoy seguro que sería: Para evitar accidentes (aquí queda plasmada la ignorancia y el miedo).
¿Conocen esas Jefaturas las consecuencias que les pueden traer esas órdenes?
Si por culpa de condicionar el estado de su arma, un policía sufre una agresión grave y no tiene la oportunidad de montar el arma, por tener por ejemplo la otra mano ocupada o incapacitada, y como consecuencia de esto, no puede defenderse de esa letal agresión, resultando muerto ¿no sería el redactor de esa orden culpable de ese resultado? Yo lo tendría muy claro, SI. Podemos aportar cientos de casos, donde el policía no va a poder montar el arma para hacer frente a una agresión, aunque como bien he indicado anteriormente, esto se demuestra rápidamente en un curso presencial con un buen Instructor al frente.
¿Es legal redactar una orden por miedo y condenar a un profesional a no poder defenderse?
Como profesional de las armas que soy, y por experiencia, puedo afirmar que la mayoría de accidentes con armas, se producen por desconocimiento del funcionamiento de las mismas, provocado por la falta de formación por parte de las Administraciones.
Un Policía que lleva su pistola en condición de trabajo, en estado de bala en recámara (montada), trata siempre el arma como si estuviera cargada, y está acostumbrado a manipularla, con lo cual, conoce perfectamente el funcionamiento de la misma y el índice de accidentes, es prácticamente nulo. En contraposición, un policía que no lleva bala en recámara, no suele estar familiarizado con el funcionamiento de la misma, y piensa que la lleva siempre descargada (vacía), hasta que llega el día que, por descuido o confusión, sufre una alimentación no voluntaria, con el elevado riesgo de accidente.
El 90 % de los accidentes durante el servicio han sido de policías NO portadores de bala en recámara, y la mayoría, después del accidente, no se explica el porqué el arma se le ha disparado. ¿Nadie se ha preguntado por qué, cuando los policías trabajaban con revólver (por cierto con bala en recámara por si no lo sabían) existía un índice tan bajo de accidentes?, ¿por qué con la pistola estos accidentes han aumentado tanto? Señores, los accidentes no se producen por culpa de llevar bala en recámara, se producen por la falta de formación, miedo y desconocimiento.
Muchos justifican y ocultan el miedo, diciendo frases muy típicas y comunes en la jerga policial, algunas tan conocidas como estas:
“Si me quitan el arma y la llevo montada me van a matar y si no está con bala en recámara voy a tener tiempo a recuperarla”
Mi consejo es que si les quitan el arma, la lleven montada o no, corran porque su vida corre un grave peligro. Cualquier delincuente de base, es conocedor de cómo montar un arma y lo hace en menos de un segundo. Así que no confíen en recuperarla, corran por su vida, que no es de cobardes.
“Al montar el arma provoco un efecto intimidatorio con el ruido, que produce que el delincuente desista en su actitud y se entregue”
Como un buen amigo mío dice “TE CREO”, de verdad no confíen en ello, es más, empiecen a pensar que llevan un arma montada a simple acción en la mano, y que al mínimo forcejeo se les puede disparar. Igual su intención sólo era intimidar y no le ha funcionado.
Lo dicho, podríamos analizar las mil y una leyendas, pero no viene al caso. Les aseguro, que lo que se necesita no son órdenes infundadas y sin sentido, se necesita tiempo, formación y apoyo por parte de sus Instructores y sus Jefes.
Todos los profesionales que se están jugando el tipo en la calle, deberían disponer de todos los medios, y no de trabas por parte de sus Administraciones. Todos, deberían de llevar armas en condiciones y fundas de seguridad de calidad. Hoy en día existen fundas de seguridad y armas de muy buena calidad, a precios muy competitivos y a costes insignificantes para los presupuestos de una Administración. La seguridad es lo primero, y esto se consigue dotando de medios y formación a las plantillas, no redactando órdenes ridículas.
La Sentencia del Tribunal Supremo 7638/2007, al hablar sobre el hecho de que un policía llevase bala en recámara sin seguro en la intervención, dice lo siguiente:
«Permite realizar el disparo de modo inmediato ante la aparición de una situación repentina de riesgo para el portador del arma o para su compañero, sin necesidad de demorar el disparo para retirar el seguro (o montar el arma) y volver a hacer puntería sobre el objetivo amenazador, pues, por mínimo que sea el tiempo en efectuar esta acción, puede ser suficiente para que se produzca la agresión a repeler. De esta «gota de tiempo» puede depender la vida o la muerte del servidor de la Ley.»
Recomendamos a todos los compañeros, que se vean afectados por estas órdenes, a poner el tema en manos de sus sindicatos o de especialistas. Desde I.T.E.POL., más que criticar, animamos a todos esos Jefes y encargados en materia de armamento a perder esos miedos, a dejar trabajar a cada profesional conforme considere la manera más correcta, más aún cuando ese profesional se ha gastado su dinero para formarse fuera de su Administración, y por desconocimiento queremos prohibirle a defender el derecho más valorado de todos “LA VIDA”.
En conclusión, no cabe duda de que cumplir las órdenes o mandatos de los superiores en todos los ámbitos de la vida social es la primera y más elemental regla organizativa de toda convivencia. Sin embargo, las órdenes manifiestamente injustas o ilegales, cae fuera de toda obligación de obedecerlas o cumplirlas.
I.T.E.POL.